miércoles, abril 26, 2006

Little Squirrel' Story

Cada visita a Londres me hace vivir una nueva experiencia con una ardilla que, sin ningún lugar a dudas, son lo más interesantede todo el Reino Unido.



Esta es la ardilla de hoy. No tiene nombre, pues este no es un cuento para niños, sino la fria y triste realidad que la propia ardilla me contó.

Y esta no es una ardilla cualquiera. Ése es el problema, aunque también la razón de su encanto, la razón de que me fijara en ella. Esta ardilla es peculiar. ¿Porqué?

Esta ardilla no puede abrir nueces. Bueno, relamente no es que no pueda, es que hasta ahora solo lo ha intentado, pero tiene miedo.

Sí, miedo. todos conocemos ese sentimiento. Estamos preparándonos para un gran salto, vamos a resolver un problema de matemáticas, comenzamos a correr con ganas, planteamos el problema y las variables, de repente la pierna comienza a ir más lenta, nos empieza a dar vueltas la mente, finalmente la pierna nos impulsa de manera torpe y débil y la mente no puede con el problema. Miedo.

Y es por eso que esta pequeña ardilla no puede abrir nueces, porque durante toda su vida solo lo ha intentado, y nunca lo ha hecho. Porque el miedo nos impide enfretarnos a nuestros retos y nos permite tan solo intentarlo, un fallo que ya conocemos.

Por supuesto esta ardilla debería saber que puede fallar cuantas veces sea necesario, pero las ardillas son animales perfeccionistas y no permiten de sus congéneres ni el más mínimo fallo. No pueden permitirse ser débiles, depender de otros. Con esa idea en la cabeza, la pequeña ardilla tiene más miedo.

Y claro, no podemos esperar que la ardilla recuerde que incluso los más sabios nos decían que el pasado no puede permitirnos deducir el futuro. No porque no lo aprendiera, sino porque nadie le enseñó a recordarlo.

Quizás espereis un bonito final para la historia. Lo siento. Ya he dicho que esto no es un cuento para niños, es la historia que ella me relató. Ella no conoce el futuro, al igual que yo tampoco.

Podría decir que la ardilla podrá superar su miedo y algún día abrir la nuez. Pero mentiría. Quizás algún día ella necesite una nuez y su miedo le impida abrirla. Quizás su oportunidad pase ante ella.

O quizás otro necesite esa nuez y ella no pueda dársela. Quizás otro sufra.

¡Un hurra por las ardillas que consiguen abrir su nueces!

1 comentario:

Rochgs dijo...

Este no es un post muy feliz.