viernes, febrero 25, 2005

Miedos y Fobias

¿A qué le tiene miedo Brenes? ¿A las mujeres? ¿A las hormigas gigantes? ¿A esos pakistaníes disfrazados de esquimales que le persiguen? No, no.

Brenes, para poder trabajar tranquilo, necesita que el mundo siga unas reglas, unas leyes. De este modo, a su alrededor, emundo permanece en calma y puede vigilarlo con menos trabajo.

Esto, antes o después, conlleva a que la rutina se establezca en el mundo Brenes. Es precisamente este ambiente tranquilo el que hecho de menos en los últimos meses (mirar mi último post, en el que puse comentarios). Es decir, Brenes necesita rutina para estar tranquilo.

¿Cual es el mayor miedo entonces? Los cambios. Pero ¿como? ¿No es el mundo un continuo cambio? ¿y no sabes de sobra sabes que son buenos y necesarios? Sí, sí... Sin embargo...

Hoy, cuando llegué a casa, me enteré de que habían tenido que operar a mi perra.
Bien, antes de que nadie se cachondee, la perra es un ser realmente importante en esta casa y, como corresponde a todo científico excéntrico, también en mi vida.

Siempre me había llamado la atención cómo esos seres peludos se podían ganar tanto cariño de sus ingenuos amos.
A lo largo de estos años la he observado y me he ido encariñando, la de Dios, con ella. En mi caso podría decir que me encantaba observar sus "gestos", ademanes, andares y comportamientos. Me encantaba ver una inteligencia bajo un ser que parecía hecho de trapo. Todo un apoyo a las reflexiones sobre la Vida y el universo típicas.

Eso y el afecto que nos demuestra hace que sea una parte realmente necesaria. Así que, por favor, nada de cachondearse.

Pues eso, que llevaba unos días jodida. Pensabamos que era un celo salvajemente fuerte, pero hoy la llevaron al veterinario y le sacaron piedras del tamaño de ciruelas de su vejiga. No son pocas (las tengo en casa sí) y aún me extraña como cabían en su vejiga.

Bueno, solo eran piedras y, aunque su dieta haya cambiado rigurosamente para siempre, no es más que un susto. Pero claro, yo asistí al final, mi madre había asistido a todo el proceso y al principio parecía algo más grave que piedras. Eso me llevó a pensar en la posibilidad y eso me dejo KO.

Y es que ahora, viéndola quieta en el sofá tirada, en una toalla aún manchada de sangre, y sin moverse durante dos horas para nada, me imagino en la posibilidad... me imagino en el terrible cambio que eso habría supuesto en mi vida, y tiemblo.

P.D: Siento estos posts depresivos. Algún día volverá el payaso que soleis llamar Brenes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo siento por ti y por tu perra. Espero que se mejore pronto.

Loki.
"ph34r my l33t!"