domingo, septiembre 26, 2004

PizzaMovil, ¿Qué desea?

Bueno, hoy toca historia cotidiana, nada del otro mundo.

para cenar hoy hemos decidido comernos unas pizzas que compramos llamando a Pizza móvil, servicio de pizzeria a domicilio alternativo a TelePizza.

Las pizzas no son mucho más grandes y su infraestructura no les deja llegar en menos de 45 minutos. Sin embargo, su sabor y un extraño cariño hacia ese sitio hace que les llamemos siempre a ellos.

Hoy, algo cambió.
Llamamos a las 21:45 para pedir un par de pizzas, lo normal. Me tumbé a ver un documental sobre el cerebro en mi ordenador y me olvidé del asunto.
El documental terminó asi que me puse a leer y el tiempo seguía pasando, hasta que mi padre me hace notar que ya han pasado 75 minutos y la pizza no ha llegado. Está enfadado, el gran hombre tiene hambre, así que he de llamarles para quejarme.

No vamos a mentir, quejarme se me da fatal. Normalmente pocas cosas me molestan lo suficiente como para quejarme demasiado y, sinceramente, un retraso en unas pizzas de las que no tenía hambre me importaba bastante poco.

Pero aún así llamé. "Hola, pedi unas pizzas hace 75 minutos... bla.. blabla... blablabla..." "Oh, perdone, es que la suya la está llevando una chica que está en su primer día y tengo miedo de que esté perdida por la corredoria." Genial, envían a una novata a una calle que no aparece en los mapas... la imagen de una pobre chica en una moto en una rotonda mientras llueve y truena viene a mi mente. "No se preocupe, le enviamos a casa un descuento del 50%, y disculpe las molestias." Pero a mi eso me importa poco, pagan mis padres. "Si, claro, ¿pero sabe si la repartidora está bien o algo?" "Oh sí, no se preocupe, ahora la llamo al móvil. Y disculpe las molestias. "Que sí hombre que sí. No pasa nada."

Colgué y mi padre me preguntó por la cena. Ni el cupón de descuento le pareció bien, quería cenar, mañana tiene que madrugar, son las 11 y no tiene cena. Yo ahora me imaginaba a la pobrecita motera estornudando y empapada en mi puerta mientras mi padre se niega a pagar.
Pasan 10 minutos y la chica no llega. Mi padre se queja de que la cena estará fría.

Al fin pican. abro y salgo a encender la luz del pasillo, ya de por sí difícil de encontrar, para que la chica no se pierda. Los dos minutos que tarda en llegar indica que se ha ido a la otra ala del edificio, dentro de mi ala se ha ido al otro pasillo y ya en mi pasillo ha mirado las otras dos puertas antes de darse cuenta de que yo estaba apoyado en la mía, abierta.

Me mira y su cara muestra nervios, pero en sus ojos se lee un "¡Por Dios, menos mal, eres joven, seguro que no me riñes!". Sonrio, cojo las pizzas, las llevo a la cocina.
Cuando vuelvo la encuentro jugando con mi perra, la cual se encuentra sobre mi felpudo patas arriba. Le pago y le dejo el euro estándar de propina, se le atragantan sus propias disculpas del susto y yo le digo "No pasa nada hombre."

Mi padre se queja, al pizza está fría. "Se puede comer hombre, no pasa nada." Es mi respuesta. La gente se queja por gusto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, pobre chica, perderse en tu primer día de repartidora tiene que ser horrible :(

Abe

Anónimo dijo...

Bien bien, creo que la tienda recibira una pequeña visitilla del señor B, en breves...

"Vienes a mi casa, con mi cena fria, en este dia de tormenta... crees que las cosas van a quedarse asi?? ma bene chica, pero no vuelva a pasar Salvattore.."

La inclinacion de Salvattore, el dueño del pizza movil, hace que el señor B se coloque su gabardina negra suba a su coche blindado de vuelta a casa, mientras despide a la pobre chiquilla, que entre sollozos dice que no tiene con que alimentar a su pequeño recien nacido, fruto de un amor de juventud. Salvattore frunce el ceño y le estampa en la cara: "Deberias haberlo pensado antes de haber aceptado este trabajo... demasiados peligros puedes correr encima de la moto, vete pues"

Dulivan

Anónimo dijo...

Brenes Brenes... para la próxima invítala a cenar ;-). Pobre chica...