Tenía pensado escribir algo parecido a este post en Diciembre (¿lo hice?).
Por aquel entonces, yo iba de vez e cuando a mis clases de inglés, si bien ante el mogollón de cosas que hacer los Miércoles solía ir los Lunes tan solo.
El año anterior, las clases eran geniales. Eramos otro tipo (que en un principio parecía bastante tonto) y yo, junto con la alegre profesora Helen. Todoe ran risas y alegrias y las clases eran muy amenas.
Sin embargo, este año el chico lo había dejado y Helen parecía menos alegre. A mi clase venían 7 u 8 personas aburridas y la academia de inglés era un suplicio.
Sobre Noviembre o Diciembre decidí que debía escribir un post sobre la situación, e incluso lo preparé mentalmente. Sin embargo, decidí dejaro de lado porque supe reconocer a tiempo que el problema estaba en mí. Fue cuando empezaba a estar muy cansado y ponerme en mi blog a insultar a desconocidos no lo oba a arreglar.
Con el tiempo caimos en el filtro. Ahora somos 5 personas, 3 de las cuales vamos regularmente y una de las cuales acaba de llegar.
La verdad es que las últimas clases, después de los exámenes de Febrero, han mejorado. Volvemos a reirnos en clase y Brenes puede desplegar algo de su ridículo sentido del humor (el lunes mismo fui incapaz de recordar el color de las paredes de mi haitación hasta que mi compañera lo adivinó).
Pero este post iba más bien para escribir sobre la persona nueva. Llegó hoy.
Estamos en un grupo que, se supone, tiene nivel suficiente para hacer el examen del First Certificate (aunque solo yo me presente). Sin embargo, cuando escuché hablar a este hombre, su nivel me chocó.
Me explico. No soy un pedante que vaya a quedarse con ese hombre. Yo mismo tengo días en que me cuesta pronunciar debidamente una frase. Sin embargo, me chocaron las frases que pronunciaba y me puse a pensar.
El caso, es que no recuerdo que mi pronunciación, o incluso la fluidez, fuera menor hace año y medio (obviamente, antes de entrar estaba poco acostumbrado a hablar inglés). Ni tan siquiera soy consciente de que todo esto que aprendí no lo supiera ya antes.
De acuerdo, algún giro gramatical extraño que no sabía puede ser que ahora sí. Sin embargo, no soy consciente de que mi nivel de inglés haya subido. Sigo haciendo la misma clase de ejercicios.
No digo que las clases sean inútiles. El inglés hay que practicarlo para que no se vaya y me viene bien hablar (aunque sea de tonterias) con gente a la que no conozca desde hace años o que vayan conmigo a mi facultad, socializar vamos.
Mi reflexión va más bien al modo en que aprendo. Yo sé hacer cosas, normalmente las que me gustan. Cuando alguien me enseña algo que me gusta, simplemente aparece en mi cabeza. Tengo que hacer poco esfuerzo, normalmente tratar de recordarlo semanas o meses despues, pero la cosa está dentro.
De esta manera, soy muy pasivo para aprender. Eso es bueno porque exige poco esfuerzo, pero es bastante malo porque no sé aprender cosas que no me gustan. Simplemente se me olvidó...
Bueno. No está mal. Con dos ideas he hecho un post.
P.D: Me he notado muy "oxidado" al escribir el post. ¿Se nota?
2 comentarios:
Jo, me has recordado a cuando iba a academia de inglés (mucho antes de la EOI, que, válgame la redundandia, también la acabé hace mucho :P).
Las clases eran risas todos los días. Tuve profesores y compañeros de lo más variopinto... :)
Jejeje, y me acabo de acordar de una vez en que al profe (Lluis, seguro que Vitu se acuerda de él aún) se le ocurrió que cada día durante una semana,cada uno de los alumnos hiciera de profesor durante un rato. El día que me tocó a mí, me cebé con él xD Me solía dar con la libreta en la cabeza porque yo hablaba muchísimo, y entonces, el día en que yo fui la profesora, se lo devolví: Le dí un libretazo xD (menos mal que era majete que si no... )
Pues sí, la verdad es que cuesta seguir la idea principal del post, que de hecho va cambiando cada dos párrafos. Pero no pasa nada, te seguimos leyendo :)
Abe
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